Elementos para el análsis del horario restringido establecido en Tecate, Baja California

Por Mario Arroyo Juárez

Diversos sectores sociales se han pronunciado por establecer sanciones o restricciones más severas hacia los jóvenes ya sea para castigarlos con mayor severidad o bien con el argumento de protegerlos de la victimización delictiva. En el primer caso se discute la conveniencia de reducir la edad penal y en el segundo se discuten medidas de restricción como los llamados "toques de queda" que pretenden limitar o restringir la presencia o permanencia de los menores en determinados sitios. Quienes apoyan tales medidas argumentan, sin mostrar evidencias, que su aplicación reduce tanto la criminalidad como la exposición de los jóvenes a ella. El objetivo del presente ensayo es demostrar que este tipo de medidas no tiene fundamentos técnicos que solventen dichos argumentos. Este tipo de medidas lejos de representar una solución real al problema de la delincuencia y a la victimización hacia los jóvenes constituyen más bien un signo inequívoco de oportunismo político que aprovecha la desesperación ciudadana ante la situación de inseguridad que priva en muchas ciudades del país.

La participación de jóvenes en la delincuencia

La percepción que se tiene de la alta participación de menores en actividades delictivas no corresponde con lo que señalan las estadísticas disponibles. Los datos muestran que durante los últimos diez años los casos puestos a disposición de los Consejos para Menores se han mantenido estables he incluso han mostrado un descenso en los últimos años (Ver ilustración 1). En lo que respecta a la participación de los jóvenes como víctimas del delito no existe información disponible que permita conocer con precisión el número, la frecuencia, el tipo de delitos y la hora en que ocurren, información indispensable para establecer una relación causal específica entre el grado de exposición al riesgo y las medidas de protección que se requieren.

Ilustración 1. Casos puestos a disposición del Consejo de Menores 1990-1999

Fuente: INEGI. Anuario Estadístico, Estados Unidos Mexicanos, Edición 2000.

Al igual que en el universo delictivo de los adultos, en el de los jóvenes existe un subregistro de eventos delictivos que explicaría también la enorme distancia que existe entre percepción ciudadana y las estadísticas delictivas. En términos generales y por diversas encuestas de victimización realizadas, se estima que en México la cifra de no denuncia es cercana al 80%. Esto significa que las estadísticas que se manejan representarían apenas el 20 por ciento de la cifra de "delincuencia real". No obstante estos señalamientos, se sabe que la participación de menores en actividades delictivas es considerablemente menor a la de los adultos. Si se compara el número de presuntos delincuentes registrados en los juzgados de primera instancia del fuero común durante 1999 (118,292), con los casos de menores puestos a disposición de los Consejos Tutelares en el mismo año (2,623), estos representan apenas el 2.16% del total de criminalidad registrada (Ver Ilustración 2).

Relación entre penas más severas y disminución de la criminalidad

Diversos estudios criminológicos tanto nacionales como internacionales han demostrado que no existe relación alguna entre la severidad de las penas y la reducción de la criminalidad. Esta certeza científica sin embargo, no ha encontrado eco en los gobernantes, políticos, legisladores y ciudadanos en general que insisten en elevar sus creencias y pasiones al rango de verdad. Dado lo limitado del espacio, olvidemos la falacia del argumento y otorguemosle cierto grado de credibilidad. Supongamos por un momento que la edad penal es reducida no a 16 años como pretenden quienes apoyan esta modificación legal sino a 10 años, e incluso menos. El verdadero problema en México es la impunidad, es decir que la gran mayoría de los delitos que ocurren no son denunciados, y de los que los son, sólo en 4 de cada 100 casos se detiene a un presunto responsable. Esto significa que por más severos que sean nuestros castigos (pena de muerte, cadena perpetua, condenas múltiples de 60 años, etc) estaríamos castigando sólo a una pequeña fracción, la gran mayoría se evadiría de la justicia tal y como lo hace hoy, no importando si es menor o adulto.

Experiencias sobre la implantación del toque de queda

En México son prácticamente inexistentes los estudios realizados sobre la efectividad de medidas como el "toque de queda". Por ello es necesario recurrir a estudios realizados fundamentalmente en los Estados unidos de Norteamérica donde este tipo de medidas tienen una aplicación más extendida y han sido objeto de análisis científico riguroso.

En los Estados Unidos ha esta medida de restricción se le conoce como "curfew" y ha sido ampliamente utilizada y defendida por políticos y funcionarios públicos como una medida efectiva para reducir la delincuencia asociada con los jóvenes así como argumento para evitar su victimización. En uno de los estudios más serios se analizó la relación entre la aplicación del "toque de queda " (en inglés el término curfew es más amplio ya que no se limita la restricción al horario nocturno sino que existen también restricciones de tipo diurno, como por ejemplo evitar aglomeraciones en las escuelas y sus inmediaciones) y la delincuencia juvenil en el Estado de California de 1980 a 1997 encontrándose que no existen elementos para suponer que aquellas jurisdicciones con una prácticas de "toques de queda" tuvieran menores índices delictivos, que reducieran la participación de jóvenes en la comisión de delitos o que evitaran una mayor número de víctimas jóvenes en comparación con aquellas jurisdicciones que nunca implantaron la medida. Las conclusiones de este estudio conciden con otros en que el "toque de queda" no reduce la delincuencia de menores ni su exposición a ella, esto quedó demostrado para todos los grupos étnicos, tipos de delito y zonas en las que se aplique la medida. En los casos en que se ha encontrado un efecto significativo de la medida, fue paradójicamente un incremento de la criminalidad y sobre todo, algo común en toda las áreas, un número mayor de arrestos.

Las reacciones favorables iniciales de la comunidad hacia la medida, paulatinamente están cambiando puesto que la imposición de esta restricción esta deteriorando las relaciones familiares al ocasionar enfrentamientos entre los miembros del hogar, pérdidas económicas a los establecimientos comerciales y de diversión y un creciente sentimiento de violación de las garantías individuales. Un ejemplo. En Monravia, California donde existe un "toque de queda diurno" un joven que salió a comprar comida a un restaurante de comida rápida fue detenido e interrogado cinco veces por cinco policías diferentes en el mismo trayecto. Aquí mismo el jefe de la policía ha solicitado a los padres de familia que registren a sus hijos para que les den una credencial que les identifica como estudiantes de cursos especiales y que tienen necesidad de estar en la calle durante el periodo de restricción. Por esa razón una asociación local ha empezado a difundir unos pósters que dicen

"¿FUNCIONA EL TOQUE DE QUEDA DIURNO?" PREGÚNTALE A LOS EXPERTOS.

 

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