La Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) expresa su preocupación y condena todas las formas de violencia que siguen atentando contra la vida y los derechos de nuestras infancias y adolescencias.
Hemos continuado el monitoreo del estado de los derechos de las infancias y adolescencias en el territorio nacional y observamos que persiste la urgencia en una mejor articulación de los mecanismos desde el Estado mexicano, sus instituciones, las familias y la la sociedad para brindar respuestas ante las graves circunstancias que éstas enfrentan.
Vivimos días con hitos para repensar nuestra relación con la niñez: para reflexionar sobre cómo se encuentra el compromiso de las autoridades mexicanas con la garantía de derechos, establecidos en la Convención de los Derechos del Niño, en el marco de sus 34 años de aprobación; respecto a la eliminación de la violencia de niñas y adolescentas, el pasado 25 de noviembre, y a pocos días de conmemorarse también los 75 años de la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH), el próximo 10 diciembre.
Este hilo en el tiempo nos da la clave para comprender el papel del Estado mexicano como garante de derechos humanos cuando hablamos de niñez. Su reconocimiento como titulares de derechos; la crítica intersección de machismo y adultismo en la violencia y el reconocimiento de que los derechos de la niñez y adolescencia, también, son derechos humanos y son clave para ello.
En REDIM nos preocupa que este umbral en el tiempo ha estado marcado por hechos de violencia y violaciones a DDHH, tales como niños y adolescentes levantados en armas, junto a sus familiares, en el estado de Guerrero para defenderse de grupos delincuenciales; el hallazgo de los restos de un bebé recién nacido en un frasco, junto a animales y sustancias estupefacientes durante la detención de tres hombres en la colonia Morelos del municipio Venustiano Carranza, en la Ciudad de México; el feminicidio de una adolescente de 14 años de edad, embarazada y asesinada por su tío, en el Estado de México; las continuas denuncias de acoso en centros educativos, siendo uno de los más recientes la quema vivo de un joven, rociado con gasolina a quien le prendieron fuego en la Escuela de Mecánica Automotriz en Texcoco, ubicada también en el Estado de México; la muerte de un bebé en extrañas circunstancias en la guardería Centro Educativo Triunfo, situada en el municipio de Guadalupe, en Nuevo León; la violencia sexual contra las infancias, entre las que destaca un niño de 5 años de edad, quien fue atendido en el Hospital General de Irapuato; la muerte de una adolescente de 17 años de edad en la colonia Desarrollo Urbano El Pirú, en la alcaldía Álvaro Obregón, en Ciudad de México, presuntamente a manos de su hermana; el asesinato de un adolescente de 15 años reclutado por la delincuencia organizada, cuya imagen fue difundida; además de los maltratos físicos y abusos cometidos por autoridades fronterizas mexicanas hacia familias migrantes, sin ningún tipo de distinción entre niños, niñas y adolescentes, así como el incremento de secuestros de niñez y adolescencia y de diversos tipos de violencia que también están aumentando con preocupación contra niñas y adolescentes. En este contexto es importante no dejar de señalar la constancia en la afectación por el huracán Otis, de la niñez y adolescencia en Guerrero. Lamentablemente, la lista amenaza con seguir creciendo sin una respuesta que salvaguarde a niños, niñas y adolescentes de una vida libre de violencias.
Llamamos la atención de las instituciones del Estado mexicano para atender esta crisis con un enfoque de derechos, superando la mirada hacia una niñez y adolescencia a quienes sólo se les ubica como víctimas o victimarios. Sus derechos deben estar en el centro de la gran discusión nacional sobre derechos humanos. La incorporación del principio del interés superior de la niñez en el artículo 4to de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos no puede seguir siendo adjetiva para las autoridades y poderes públicos. Demandamos que en todas las decisiones y actuaciones del Estado se vele por este principio, garantizando de manera plena sus derechos. Los niños y las niñas tienen derecho a la alimentación, salud, educación, sano esparcimiento y vida libre de violencias para su desarrollo integral.
Tania Ramírez Hernández
Directora Ejecutiva
Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM).