Infancia en México: Desigualdad y Olvido

Editorial con hechos relevantes sobre Derechos de la Infancia durante el Mes de Mayo de 2003

Una mirada en México

Sin avances en las leyes

En mayo se anunció que, después de que se realicen las elecciones federales de julio, el gobierno de Fox pondrá en marcha un nuevo programa social denominado "Paquete Alcance", mismo que fue inmediatamente cuestionado por diversos sectores ya que consiste, principalmente, en otorgar $5.40 pesos diarios para cada una de 300 mil familias más pobres del país, poniendo en evidencia la dificultad de que ese sólo esquema pueda ayudar a esta población a superar la situación de pobreza en que está inmersa. Mientras tanto, la información daba cuentas de que más de la mitad de los niños y niñas en México viven con problemas de desnutrición., 12 millones de personas sobreviven sin agua potable, en las áreas indígenas la mortalidad materna triplica la media nacional y 818 mil niños de entre 12 y 14 años trabajan.

No obstante en la medida en que fue avanzando el mes otros debates más cercanos al la dinámica electoral fueron ocupando los espacios importantes en los medios de comunicación y - como suele suceder en estos casos, los temas sobre infancia pasaron a planos secundarios. Un vistazo a la propaganda electoral que ha sido transmitida a través de los medios de comunicación masiva durante este período, nos muestra que muy pocos han sido los partidos políticos que han hecho referencia a problemas específicos de la infancia mexicana, destacando más bien el predominio - ya advertido por el IFE y diversos analistas- de campañas mercadológicas, que en muchos casos carecen de propuestas.


La escasez de referencias a la infancia en las campañas políticas parece ser un reflejo del poco interés que se la ha brindado a la agenda sobre sus derechos en legislaturas tanto federales como estatales. Si bien las campañas en medios contrastan con las plataformas electorales de las tres principales fuerzas políticas, mismas que en mayor o menor medida incluyen compromisos relacionados con los derechos de la infancia; se ha hecho costumbre que tales compromisos no sean atenidos una vez que se desarrollan los trabajos legislativos.

Así lo muestra el hecho de que la LVIII legislatura de la Cámara de Diputados que concluyó en abril pasado arrojó como saldo sólo dos iniciativas de ley, referidas a la infancia, aprobadas : la fortificación de harinas y la educación preescolar obligatoria. No obstante respecto de esta última organizaciones de madres educadoras han cuestionado la medida que hace obligatorio este nivel de educación, pero no provee los recursos necesarios para garantizar su cumplimiento; lo que pone a cientos de centros educativos populares en riesgo de cerrar ante la falta de apoyos para alcanzar una certificación, hecho que dejaría sin atención a miles de niñas y niños que hoy son atendidos en tales espacios.

A nivel de los congresos locales no hubo mejor suerte; al parecer no son más de 6 los Estados de la República que han creado leyes estatales de protección de los derechos de la infancia - sin descontar que en la mayoría de los casos se trata de leyes sólo de protocolo que, para variar, no cuentan con los mecanismos apropiados para garantizarlos. En dos Estados de la República en particular, Jalisco y Oaxaca, en los últimos meses se generó una intensa actividad tanto de parte de legisladores como de ONG's y otros actores locales en materia de derechos de la infancia.

En el caso de Jalisco, conforme se han ido acercando las elecciones, se han debilitado las condiciones favorables en el Congreso local por aprobar el dictamen de la iniciativa para crear la ley de protección de los derechos de niñas, niños y adolescentes. Por otro lado, dicha iniciativa presenta serias debilidades señaladas por las ONGs agrupadas en la Red por los Derechos de la Infancia Jalisco, que pondrían en riesgo su capacidad de aplicación; además de que ha existido la tendencia de convertirla en un capítulo dentro de la ley de asistencia social del Estado - que sería una forma de negar el reconocimiento pleno de los derechos de la infancia - en lo que parece ser un reflejo de las pugnas que se registraron a nivel federal entre dos iniciativas de ley (la de asistencia vs. la de desarrollo social) que parecen dividir incluso a funcionarios dentro del propio gobierno federal.

En Oaxaca las ONGs que conforman el Foro de la Niñez Oaxaqueña (FONI) tuvieron una fuerte influencia para lograr que se aplazara una iniciativa de ley sobre infancia, que más bien parecía restringir los derechos garantizados en la Convención de los Derechos del Niño. Autoridades del Estado decidieron convocar, junto con el FONI, a un foro para recoger propuestas sobre la ley de donde se espera surja una iniciativa de mejor calidad que la original, en términos de protección de derechos.

No obstante a los esfuerzos señalados, se mantiene la tendencia a nivel general en la que los temas legislativos que mayor éxito tienen son los que se dirigen a criminalizar a la infancia, en particular los que suponen - en abierto contraste a los estudios nacionales e internacionales, que bajar la edad penal solucionará los problemas de inseguridad que se viven en todo el país. Lo más grave es que esta tendencia traspasa el ámbito de lo legislativo y va afectando paulatinamente las políticas públicas y la cultura de respeto de los derechos del niño, lo que ha llevado a que en diversos ámbitos se restrinjan las garantías de la infancia bajo el supuesto de aumentar la seguridad.

De ahí que sea importante el pronunciamiento del ombudsman capitalino, Emilio Álvarez Icaza, en la presentación de su informe anual de actividades, sobre el falso dilema implícito en la iniciativa que promueve la garantía de seguridad a cambio de reducción y condicionamiento de otros derechos fundamentales, en donde asevera que no es posible disociar la promoción de la seguridad pública del respeto a los derechos humanos y denuncia que acciones como la "operación mochila segura" o las revisiones aleatorias en las calles corresponden a una política de vigilar y castigar, como uno de los principales métodos, que puede provocar consecuencias más graves que los problemas que intenta resolver.

De la calle... al olvido

Los compromisos internacionales en materia de derechos de la infancia se acumulan con el paso del tiempo y las políticas públicas no parecen cercanas a la resolución de los problemas a los que se dirigen, cualquier problema que miremos pareciera ejemplificarlo.

Por ejemplo, en el mes de mayo el gobierno federal inauguró el primer Centro de Promoción para la Infancia en Situación de Calle Matlapa, de los diez que a lo largo del 2003 quedarán instalados en el DF como un nuevo intento de coordinación entre el gobierno y organizaciones de sociedad civil.

No obstante, esta acción ocurre en medio de grandes controversias. Por un lado, en el terreno de los aciertos, vemos que este pequeño grupo de organizaciones contará con la posibilidad de acceder a fondos cercanos a los dos millones de pesos durante lo que resta del 2003, Matlapa significará la oportunidad de contar con recursos para el sostenimiento y ampliación de sus programas (en un contexto de enorme crisis de financiamiento para el sector de ONGs), además de que algunas de estas organizaciones incursionarán por primera vez en el ámbito de la infancia en situación de calle, en lo que ven como una oportunidad de poner a prueba modelos que han dado resultado en otros campos de acción.

Pero por otro lado, la medida deja fuera de estos beneficios a una gran cantidad de ONGs de todo el país que desde hace muchos años desarrollan programas a favor de miles de niñas y niños que viven o trabajan en la calle, cuyos modelos reconocidos en diversos ámbitos también tendrían todo el derecho de contar con este tipo de recursos. Lo más grave de todo es que, al parecer, una de las principales razones que motivaron la decisión de promover dichos centros solamente en el DF, no tiene que ver con un diagnóstico sólido sino con la preocupación que ha despertado dentro del gobierno federal los altos índices de popularidad alcanzados por el Jefe del gobierno capitalino; mismo que uno de sus puntos débiles parecer ser la ausencia de una política pública para atender al fenómeno de la infancia en situación de calle. En otras palabras, la iniciativa parece apuntar más bien a fortalecer imagen, presencia y posiciones hacia las elecciones del 2006.

Adicionalmente la medida dejó de lado un nuevo intento de negociaciones del gobierno federal con ONGs que operan en diversos Estados de la República que se venía realizando a finales del 2002, orientado a crear una política pública de largo plazo y con diversas líneas de intervención para atender a la problemática que determina la presencia de niños que viven y trabajan en las calles de las principales ciudades del país. Este nuevo intento – ahora fracasado, tuvo como interlocutor principal en esta ocasión a la Secretaría de Desarrollo Social, lo cual se suma al fracaso que ya había ocurrido tiempo atrás en un intento parecido con el DIF, mismo que derivó en un programa de muy bajo alcance y sin presupuesto público determinado, en donde lo único que quedó de la aportación ciudadana fue el nombre: “de la calle a la vida”.

Lo que también parece haber ocurrido es que con Matlapa se le ha restado al DIF la hegemonía que tenía en la atención a los niños en situación de calle, por lo menos desde una perspectiva federal.

Desde otro plano, la situación anterior parece ser meramente un ejemplo de un fenómeno más grave y generalizado: la escasez de recursos apropiados para el sostenimiento de los programas de ONGs, además de que se ha visto agravada por la incursión de fundaciones como Vamos México - que ha provocando que recursos privados que anteriormente se dirigían a las ONGs sean canalizados a este tipo de iniciativas- las coloca cercanas a nuevas formas de clientelismo político a través de fondos públicos que transfieren a las ONGs cargas burocráticas que nada tiene que ver con la transparencia y la rendición de cuentas y que – contrario a las aspiraciones más vigentes, dan la impresión de debilitar el tejido social.

Esto, junto con otros factores que en otro momento podremos reflexionar,explica en parte la escasa participación de ONGs que trabajan a favor de la infancia dentro de espacios que tendrían relevancia para promover los derechos humanos de niñas y niños mexicanos.

Dos de esos espacios muy relacionados entre sí, de los que vale la pena hablar, son por un lado las mesas instaladas este año dentro de la Secretaría de Gobernación dirigidas a crear la agenda de derechos humanos y, por otro, el proceso de diagnóstico de los derechos humanos en México.

Dentro de las mesas instaladas como parte del “Diálogo Nacional sobre Derechos Humanos para la Elaboración de una Agenda de Acciones Inmediatas del Gobierno Federal, en el Marco del Acuerdo Político para el Desarrollo Nacional”, existe una relacionada con los temas de infancia que tuvo una primer reunión en el mes de mayo. En una reunión previa el área responsable de este proceso dentro de la Secretaría de Gobernación había presentado un documento que incluye algunos temas iniciales de agenda de derechos humanos, con un capítulo sobre infancia, que en teoría recoge los aportes de un proceso similar que durante 2002 se realizó dentro de la Secretaría de Relaciones Exteriores.

Sin embargo, para algunas de las propias ONGs que participaron en las mesas citadas, los temas incluidos en la agenda se ven alejados de las prioridades tratadas durante 2002. En efecto, una lectura de los temas incluidos en el documento muestra que estos parecerían más propios de una campaña de comunicación social que de prioridades para las acciones inmediatas en esta materia, sobre todo cuando existen importantes recomendaciones de parte del Comité de los Derechos del Niño de la ONU, que aún no han sido atendidas. Pero también llama la atención que tanto el año pasado, como en las primeras reuniones de este año, el grueso de ONGs que trabajan en favor de los niños no participen en este espacio o que representantes de otras que estuvieron presentes en ese entonces no muestren mucha credibilidad en que se pueda lograr algo sustancial de ello.

Tampoco ha habido una actividad importante de parte de las ONGs relacionadas con el infancia dentro del proceso de elaboración del diagnóstico de la situación de los derechos humanos en México que es un acuerdo del gobierno mexicano con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y cuyo propósito es contar con un insumo para la elaboración del Programa Nacional de Derechos Humanos.

Para este diagnóstico se nombraron a 4 expertos que, entre otras cosas, tendrán el cometido de consultar a activistas de derechos humanos para su elaboración. De ahí que algunas organizaciones de derechos humanos mexicanas han comenzado a tener ya algunos encuentros con los expertos que han parecido más interesados en el diálogo. Para el caso particular de los derechos de la infancia, aún no ha habido mucho acercamiento entre el experto encargado y las ONGs dedicadas a este tema.

La falta de una real política pública que de cumplimiento a los compromisos establecidos en diversos tratados internacionales sobre los derechos de la infancia hacen necesario que espacios como los señalados se puedan aprovechar para insistir en ello, sobre todo cuando en México el Programa Nacional de Acción en Favor de la Infancia, que fue presentado pomposamente en diciembre pasado, no ha significado a la fecha mejoramiento alguno en las políticas públicas en este ámbito.

El Consejo Nacional para la Infancia y la Adolescencia (COIA), por ejemplo, tiene un mandato muy débil para atender a dichos compromisos, a pesar de ser ésta una instancia que reiteradamente se ofreció por parte del ejecutivo federal, como la rectora de las políticas públicas sobre infancia. Al ritmo que va el COIA, al pasar de la Presidencia de la República (y quedar por mucho tiempo acéfala) a la Secretaría de Desarrollo Social, todo parece indicar que será una instancia que al igual que su antecesor CNAFI (en tiempos de Salinas y Zedillo) sólo funcionará en el momento de que es necesario simular ante el Comité de los Derechos del Niño de la ONU sobre avances en el cumplimiento de la Convención que sólo ocurren en la cabeza de los funcionarios públicos.

Ya veremos si esta tendencia cambia, sobre todo porque cada vez esta más cerca la fecha en que el gobierno mexicano presente su tercer informe a dicho Comité, que originalmente tendría que haber sido presentado desde octubre de 2002.

 

Artículos elaborados por la RED

Consultas infantiles: gato por liebre

Infancia en Mexico. desigualdad y olvido

Infancia, entre la guerra y la pobreza: Hechos relventaes en el mes de mayo 2003

DIFusores infantiles: trabajadores sin derechos

Legisaladores: aunque sea de mentiritas

El pequeño Ali: víctima y botín de guerra

La visión asistencialista sobre los derechos de la Infancia del 3er. Informe de Gobierno del Presidente Vicente Fox

Consultas infantiles: hacia una participación más efectiva

Artículos elaborados por Organizaciones miembros de la Red

El festival de los niños trabajadores y de la calle y la vigilancia policiaca. Un hecho

 

Derechos Infancia México es un proyecto de la Red por los Derechos de la Infancia en México.| Contacto | Organizaciones . México, 2003.